Animales políticos

Desde un pueblo de montaña, en contacto con variada fauna, resulta divertido comparar a algunos políticos relevantes con animales por su forma de reaccionar, su comportamiento en general, destreza, la manera de lanzarse a la yugular a por el enemigo y otras argucias para hacerse con el poder e incluso llegar a subsistir en la jungla de la política. Estas letras que vienen a continuación no dejan de ser un juego que en ningún momento pretende acercarse a lo que piensan algunos: “vaya políticos más animales que tenemos en este país”. ¡Que me perdonen los animales!
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1956


Pedro Sánchez (lince)

Este felino es ágil de reacciones; vivaz y esquivo para sus adversarios. Va por libre. Independiente, se dedica la mayor parte del tiempo a alimentar a los suyos sin importarle el tipo de presa que se ponga a su alcance. No es amigo de sus congéneres de mayor edad y no los respeta si hay que disputar un trozo de terreno, su cazadero habitual.

De ideas fijas, el lince ocupa una gran extensión de caza, deja su rastro para que sus adversarios sepan donde pisa y donde mea, que casi siempre es en su tiesto en su lugar favorito. Es un animal oportunista que se alimenta sobre todo de pequeños mamíferos. Elegante en sus movimientos, no se echa atrás en la pelea con sus iguales. Es más, resulta implacable porque suele agarrar del cuello a sus víctimas hasta asfixiarlas. Los zorros son sus rivales más directos y cuando atrapa a uno no lo perdona. Le gusta estar en forma afilándose las uñas en los troncos de los árboles y jugando para ejercitar sus músculos.

Tiene la piel más dura de lo que parece para aguantar los enganchones de las zarzas y espinos del terreno donde caza. Y debido a su fino oído, mejor que su olfato, calcula exactamente dónde se sitúa su presa y si no le parece apetitosa hace oídos sordos y le da la espalda. Sus andares son seguros, sigilosos y firmes. Curioso hasta la médula, cuando parecía que se había extinguido ha renacido ocupando gran parte del terreno español, gracias a su persistencia y a la ayuda de sus colegas de aventura, a los que no perdona una infidelidad. Aunque últimamente parece más tolerante con ellos.

Pablo Casado (tejón)

El mustélido de mayor tamaño en España sorprende por su comportamiento previsible y machacón. Basta con andar por el campo para ver sus rastros -los más claros son los excrementos que deja en pequeños hoyos horadados en el suelo-. Es un animal previsible y posiblemente el más oportunista en cuanto a su alimentación: lo mismo le da asaltar un huerto e inflarse de hortalizas que comer trigo o cazar pequeños reptiles, aves y mamíferos.

Por mucho que se le intente espantar del hortal, al día siguiente repite el mismo ritual y así siempre. De manera que llega a poner de los nervios a cualquiera. Es un animal muy duro ante las inclemencias del tiempo y hasta se dice que su sangre es inmune a la picadura de las víboras cercanas que le muerden en ocasiones. Fácil de adivinar en sus correrías no se mueve un ápice de sus costumbres.

Tiene unas tragaderas formidables pues, como ya he dicho, come lo que le echen. Sus camadas están muy bien adiestradas y no se salen del terreno que controlan o intentan conquistar para expandirse. Le gusta mucho poner orden en su tribu de jóvenes atrevidos para que no se pierdan entre la maraña del bosque. Así, ninguno se sale de su senda, de su guion. Como ya he comentado antes, resulta poco atractivo para los etólogos porque su hábitat y forma de vida sorprenden muy poco a estos estudiosos de los animales.

Santiago Abascal (mapache)

Es una especie invasora que está conquistando a toda velocidad zonas de la Comunidad de Madrid, aunque se cree que también esta expandido por otras zonas de España. Lleva poco tiempo entre nosotros haciéndose notar, pero cuando intentas echarlo de tu espacio que ha ocupado se muestra agresivo y chulesco. Conviene tener cuidado porque posee una dentición muy fina, en especial los colmillos, y te puede inocular la rabia. Por mucho que han intentado frenar su expansión sigue creciendo, pues los desperdicios de los domingueros que salen al campo y la expulsión de otros animales más pacíficos le sirven de despensa para su desarrollo. Su cara se parece algo a la del tejón, así como la costumbre de insistir en volver al sitio donde se alimenta, ya sea volcando un cubo de basura de cualquier vecino, como capturando algún roedor.

Como es una especie invasora, quizás añora otros tiempos, otros lugares donde sus semejantes conviven desde hace años sin que nadie les perturbe. Y cuando se les sorprende en alguna fechoría, aunque sea pequeña, sus modales con los humanos son poco ejemplares por su violencia y malos modos.

No tiene muchos colegas de confianza, pero los que ha escogido se parecen más a un doberman o a un rottweiller que a otra especie salvaje. Estas dos razas de perro son implacables con sus semejantes y si se les azuza en lugar de suavizarlas resultan peligrosas. Pero, al menos, se les ve venir.

Como el mapache, tiene carácter y voluntad conquistadora, y no me extraña que dentro de poco se crea el dueño de España si no le frenan otros rivales menos poderosos, pero más sutiles en la contienda. En cualquier caso, ha sorprendido a todos por su rápida expansión en tan poco tiempo.

Pablo Iglesias (gineta)

Este cazador de costumbres nocturnas ni es un felino ni un mustélido, pertenece al orden de los vivérridos, así es que es el más original de toda la fauna citada. Tiene fama de recorrer y escudriñar todos los rincones posibles, ya sea en troncos huecos o piedras, en busca de presas. No hace ascos a roedores y tampoco aves. En sus correrías siempre encuentra a alguien para desairarle. Cuando algún rival le ataca se defiende panza arriba y es muy difícil batirlo. Se expande por buena parte del terreno nacional, excepto por el norte de la Península.

Conoce muchas maneras de provocar a sus adversarios hasta sacarlos de sus casillas. Para tal cosa se encastilla en su hueco favorito, da la cara, enseña los dientes y espanta a sus enemigos. A veces, al invadir otros territorios de sus congéneres recibe bufidos de desaprobación por sus inoportunas intervenciones.

No es ni mucho menos tan grande como una pantera para que dé tanto miedo a mucha gente. No es propenso a robar lo que no es suyo, aunque alguna vez, las menos, haya alborotado el gallinero en su intento de sacar partido.

Se diría que en su afán de mantener impoluto su terreno de caza recibe demasiadas ingratitudes por todos sus competidores, al que se ha añadido recientemente y como especie invasora el mapache, a pesar de que su habitat de momento es distinto y tampoco comparten el mismo ecosistema.

Como es poco dado a morderse la lengua, no gusta ni a sus partidarios ni a sus enemigos más fieros.

No le gusta tanto la ciudad como al mapache o la zorra y prefiere apartarse del ruido con su prole. En España casi ha alcanzado la cúspide de los predadores y se encuentra en el segundo escalón. Ambición no le falta, pero sí paciencia para alcanzar sus sueños y deseos.

Gabriel Rufián (urraca)

Aparece en esta fauna como la primera ave, pero no por eso debe considerarse un desdoro. El citado córvido es uno de los animales más astutos que se conocen y el más capaz de sacar de quicio a sus depredadores. Si por un casual a alguno se le ocurre cazar a alguno de sus hermanos, monta una algarabía que se oye a kilómetros de distancia.

Sus graznidos ásperos son apercibidos por los otros con cierto desdén, pero es la manera habitual de comunicarse. También le gusta recoger objetos de lo más extraño e introducirlos en su “nido” para asombro de todos.

Se suele pertrechar con su familia en una casa fabricada de barro y palos, normalmente bien camuflada y si puede en arbustos espinosos para no ser abordado por ninguno de sus competidores.

Al ser bastante astuto ha aprendido que con los que le pueden ayudar a propagar sus ideas tiene que ser más suave y comunicativo que con los adversarios, puesto que ha perdido parte de su rudeza de la etapa anterior. Por otra parte, ocupa claramente una zona y conoce a todos los de su especie. Y si, por un casual, ve invadido su territorio, expulsa de él con acritud y malos modos al que considera extranjero.

Aunque ningún rival que recuerde ha hecho nunca ningún chiste con su apellido, lo de perverso en el sentido de diabólico no le va mal. Con el que más fiero se muestra es con el cuco porque quiere invadir su hogar republicano y colarle un extraño para que lo alimente.

Inés Arrimadas (garduña)

Si uno acaricia el pelo de este mustélido, sobre todo en época invernal, lo notara suave y sedoso. A primera vista, y si no se le conocen sus virtudes da aspecto de fragilidad. Sin embargo, resulta ser una de las cazadoras más letales y precisas de la fauna ibérica. Sortea cualquier obstáculo con seguridad y se desliza con sigilo entre la fauna en su hábitat parlamentario., hasta que salta hacia su presa.

Cambió de destino en busca de mayores oportunidades en el centro de España que en su territorio catalán, aunque proviene del sur. Allí en Cataluña tenía que competir con la marta, una prima menos morena muy semejante. No es fácil mantener a la familia unida como lo hace ella, después de que el macho abandonara la manada.

Valiente, decidida y audaz como la garduña, está peleando para asentarse en un sitio que todo el mundo conozca, en un lugar que ya ocupó en Cataluña, pero que le ha sido negado en casi toda la península. Todo se andará, porque la garduña es capaz de vivir con la misma o más facilidad en un pueblo que en pleno campo. Es decir que su capacidad de adaptación es admirable.

No necesita realizar aspavientos para ser atractiva a sus rivales y admiradores y no se calla ni debajo de las piedras. En este sentido traiciona un poco el comportamiento del mustélido, más propenso a pasar desapercibido. Tendrá también que hacer un recorrido mayor en el día a día que este depredador si quiere subir en la pirámide de los elegidos.

Isabel Díaz Ayuso (cuco)

Machacón e insistente, el cuco tiene en guardia a cientos de aves porque no parará hasta salirse con su propósito de engañarlas para que críen y cuiden a su descendiente sin costarle ningún esfuerzo. Ningún animal que conozco puede ser tan pesado como el cuco, hasta incluso por su poca variada voz y su escaso original argumento. Eso sí, tiene una habilidad especial para enredarlo todo revolucionando con su actitud el hábitat más tranquilo.

Por mucho que otras aves la conozcan, al final termina confundiéndolas, pues utiliza al macho para que cante lejos del nido que tiene localizado para distraer a sus dueños y así realizar la fechoría de tirar los huevos y colocar el suyo para que lo incuben. No se crean, porque esto también tiene su mérito, no siempre al alcance de todos; quizás porque nos cansaríamos por aburrimiento. Pero no, el cuco sigue y sigue con su cántico penetrante y nada melodioso hasta alcanzar su objetivo.

Que se sepa no ha nacido para otra cosa y lo peor es que es así de nacimiento y nunca va a cambiar.

Fotos: De Vogelartinfo, Solid Electronics, Ciudadanos, Marc Puig i Perez
Roberto Martinez, PODEMOS, Txindoki, Paul Filmer, Vox, PP, Sally Longstaff
PSOE, Enrique Dans, Comunidad de Madrid

1 comments

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  2. Federico 29 noviembre, 2020 at 12:33

    ¡Originalidad de sanguijuelas! Ya estaba escrito en el Libro del Buen Amor: «O can que mucho lame, sin dubda sangre saca!

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