Los gancheros se tiran al río Tajo a bajar los troncos
Como cada año, y ya van 22 ediciones, un buen número de gancheros recordarán a aquellos hombres fuertes y aguerridos que a falta de carreteras y pistas forestales, bajaban los troncos de los pinos desde la Serranía de Cuenca y la comarca del Alto Tajo río abajo hasta Aranjuez y, en algunos casos, hasta Toledo y Talavera de la Reina.
Una vieja profesión de riesgo
Su trabajo comenzaba más o menos en marzo con los deshielos y terminaba bien entrado el verano. Entones el río bajaba con un caudal mucho mayor que el actual y los gancheros se tenían que pelear con los vados, con las corrientes y con los peligrosos, estrechos y enormes pedruscos que acompañan al Tajo en este recorrido. Esta profesión era considerada muy peligrosa y se producían muchas lesiones graves y algún fallecimiento.
Las hazañas de esos trabajadores sin horarios, sus costumbres y forma de vida quedaron fielmente plasmadas en la novela “El río que nos lleva” del escritor José Luis Sampedro (1917-2013), publicada en 1961 y que años más tarde fue llevada al cine por Antonio del Real.
Precisamente Sampedro, humanista y extraordinaria persona llegó a visitar a sus 93 años una de estas fiestas gancheras celebrada ese año en Zaorejas. Y es que la Asociación de gancheros del Alto Tajo, creada el año 2000, la componen cinco municipios ribereños: Peñalén, Peralejos de las Truchas, Poveda de la Sierra, Taravilla y Zaorejas. Unas localidades que se van rotando cada año en su organización.
La actual fiesta de los gancheros
Los actuales gancheros, vestidos a la antigua usanza y utilizando las mismas herramientas de trabajo hacen disfrutar a los miles y miles de personas que se agolpan en los márgenes del río para ver bajar a maderas y gancheros. Todo está muy bien organizado y la pueden disfrutar tanto niños como mayores en un paisaje incomparable.
Como de lo que se trata es convertir este evento en una fiesta para disfrute de todos, el lanzamiento de los troncos al río está amenizado con un grupo de dulzaineros. También se reparten rosquillas y otros dulces típicos de la zona.
Una vez terminada la bajada de maderas, éstas son sacadas del río con mulas de arrastre. Pero la fiesta no termina aquí, porque la localidad que lo organiza ofrece una comida en el pueblo a precios módicos a todo visitante sea del pueblo o no. Además, un buen número de artesanos exhiben y venden sus creaciones. Por otra parte, también se organizan exposiciones relacionadas con la historia de esta tradición.
Una fiesta abierta a todos
Esta Fiesta está considerada de Interés Turístico Regional y con el tiempo seguro que alcanzará la figura de Fiesta patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO. En eso están en Castilla-La Mancha. De momento, desde el año 2008 la Asociación de Municipios Gancheros del Alto Tajo, forma parte de la Asociación Internacional de Almadieros, Nabateros y Raiers, con lo que desde esta fecha se le dio una gran impulso turístico y de conocimiento a la comarca del Alto Tajo.
Para que no se pierda la tradición, algunos pueblos organizan una maderada infantil, que poco a poco va cogiendo fuerza entre los pequeños aprendices.
El año que viene será Peñalén el municipio que organice la Fiesta Ganchera y la alcaldesa, Esther Rubio, ya invita a todo el que quiera divertirse el último fin de semana de agosto. Disfrutar de una zona tan impresionante por su belleza y tan diversa en fauna, flora y vegetación cuesta muy poco.