Ni un plátano de La Palma desperdiciado
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha anunciado que flexibilizará la norma de comercialización de los plátanos producidos en la Isla de La Palma para dar salida a los plátanos que estéticamente estén dañados, pero sean aptos para su consumo.
Los plátanos cuya epidermis esté afectada por las cenizas, pero cuya pulpa está intacta y, por tanto, garantizada su aptitud para el consumo humano, se podrán destinar a distribución gratuita, así como a los destinos de las retiradas contempladas en el marco del Programa de opciones específicas por el alejamiento y la insularidad (POSEI) para Canarias, entre otros usos, para evitar así el desperdicio alimentario.
La futura norma estará vigente, al menos, por un año, y podrá prorrogarse en función de la evolución de la situación.
Aquí no se tira nada
El Ministerio de Agricultura presentó hace pocas semanas el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, la primera normativa nacional concebida para producir una drástica reducción del desecho de alimentos sin consumir que acaba en la basura y fomentar un mejor aprovechamiento de los mismos. Solo en los hogares españoles se tiran anualmente a la basura 1.364 millones de kilos/litros de alimentos, una media de 31 kilos/litros por persona en 2020.
El desperdicio de alimentos perjudica al conjunto de la sociedad al encarecer el acceso a bienes de primera necesidad, malgasta recursos naturales escasos aumentando los residuos y el impacto ambiental, y lastra la eficiencia del sector productivo y su competitividad. Esta ley trata de orientar hacia un sistema de producción más eficiente, que enfoque al desarrollo de la economía circular. «No hay producto más caro que el que se tira a la basura», ha repetido desde hace semanas el ministro Luis Planas como un mantra, un principio que también está detrás de esta última medida pensada para el plátano de La Palma.
Foto destacada: Plátanos en La Palma. Autor: txmx 2 (CC)