Los efectos de una sequía en un pantano en California. Autor: Ben Amstutz (Creative commons)

Nunca llueve en el sur de California

Hay días que al leer una noticia se te cae el alma a los pies… “El agua de California se ha convertido en uno de los valores que cotizan en el mercado de futuros de materias primas de Wall Street”. ¿Puede plantearse el agua como un elemento más de especulación financiera? Parece que sí.
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Es el mercado, amigo

Eso decía un antiguo ministro de Economía español, que también ejerció de director-gerente del Fondo Monetario Internacional y acabó en la cárcel por falsedad y estafa en una de las primeras entidades de crédito española. Miembro de la estirpe privilegiada que delira y fantasea con productos financieros imaginativos. Un figura.

Un figura ha debido de ser el que ha conseguido que el agua se convierta en un valor que cotiza en el mercado de futuros.

La teoría del funcionamiento de este tipo de mercados nos la presentan como muy sencilla: proteger al vendedor frente a la caída brusca de precios y al comprador de las subidas repentinas. Pero de sobra es conocido que hay infinitamente más especulación en estos movimientos que protección a los actores. Y mucho más desde que la desregulación y la tecnología han cambiado radicalmente la manera de negociar. La tremenda complejidad del sistema asusta. Asusta la facilidad con la que un movimiento especulativo puede ‘tirar’, literalmente, el precio en origen de cualquier bien que cotice en estos mercados

Los factores que acaban influyendo en el precio que se paga al agricultor de trigo de Soria, terminan siendo totalmente ajenos a las circunstancias locales de la producción o demanda. Dará igual si ha sido buena o mala cosecha. El precio lo acaba marcando Chicago.

Hay muchas manos que mecen la cuna de los precios de los alimentos y materias primas. En la crisis de 2008, los inversores que huían de los derroteros financieros e inmobiliarios, encontraron refugio para sus capitales en los mercados de futuros de alimentos básicos. La propia dinámica del aumento de la demanda de estos futuros, brutal, hizo que los precios de esos bienes se dispararan. Hicieron muchos estragos en el tercer mundo.

Una casa junto a Mosquito Lake, en California. Autor: Michael Levine (Creative Commons)
Una casa junto a Mosquito Lake, en California. Autor: Michael Levine (Creative Commons)

El agua como futuro

Ahora imaginemos un bien que no se produce, sino que se gestiona su escasez. Y de forma muy distinta no solo en diferentes países, sino inclusive dentro de las regiones que componen un mismo país.

Imaginémonos en verano de 2021. Los incendios vuelven a California. En Chicago se mueven y los contratos de futuros del último producto incorporado al mercado, comienzan a crujir. De momento en California. Ya tenemos el germen sembrado. Algún éxito convenientemente ‘tratado’ por las redes sociales y un buen marketing de producto puede ser una buena espoleta. Negocio.

A partir de aquí, el planteamiento es que poco a poco se vaya expandiendo el concepto subyancente de la superioridad de la gestión y el capital privado con argumentos de optimización e innovación.

Por supuesto que hay que innovar. Por supuesto que hay que optimizar. Por supuesto que hay que dar respuesta al uso de un recurso tan escaso como el agua. Pero no parece que incluir este recurso tan esencial en un mercado sujeto a los vaivenes típicos de las actividades financieras sea la respuesta a las necesidades de un nuevo modelo de sostenibilidad, sino más bien a un intento de crear un nuevo negocio de dimensiones colosales.

El Mercado de Futuros de Chicago, en 2001, durante una visita del entonces presidente George W. Bush. Autor: White House.
El Mercado de Futuros de Chicago, en 2001, durante una visita del entonces presidente George W. Bush. Autor: White House.

El futuro del agua

Si bien aún nos tiemblan las canillas con las noticias que nos llegan de Wall Street, en España ya venimos andando un camino tortuoso desde 1999 cuando se reforma la Ley de Aguas de 1985 y se pierde el, hasta ese momento, espíritu público de la gobernanza del agua.

En marzo de este año, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico publica el Libro Verde de la Gobernanza del Agua. En su diagnóstico de la situación actual, apunta la necesidad de transformar nuestro modelo de gobernanza en varias dimensiones apuntando directamente al fortalecimiento de la administración pública y mejora de la coordinación de políticas sectoriales y la coherencia entre los distintos niveles administrativos.

Es indiscutible que las mejoras deben asegurar la disponibilidad del agua en cantidad y calidad para todo tipo de consumos. Domésticos, industriales o agrícolas. Independientemente del peso de cada uno, es manifiesta la necesidad de un uso armonizado, racional y eficiente de los recursos hídricos que afronte con garantías los nuevos retos de la política del agua.

Pero cuidado, no perdamos de vista ni por un momento los vientos que nos llegan de California. Cuidado con los cantos de sirena. Puede ser letal.

Foto destacada: Los efectos de una sequía en un pantano en California. Autor: Ben Amstutz (Creative commons)

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