Un paisaje rural en San Vicente de la Barquera, en Cantabria. Foto: EDR.

Un nuevo Pacto Rural Europeo

Es imprescindible acompasar la transición ecológica al desarrollo de los territorios rurales para que ésta sea justa y equilibrada: para ello es necesario un nuevo Pacto Rural Europeo.


Como es sabido, en 2019 y 2020 se aprobaron el Pacto Verde Europeo y sus dos estrategias “De la granja a la mesa” y “Biodiversidad”. Su objetivo es impulsar la transición ecológica en los territorios rurales de la UE. Aunque todavía no se han trasladado al terreno legislativo, están ya influyendo en los debates sobre el futuro de la agricultura y el mundo rural europeos.

Por eso, el sector agrario, y el mundo rural en general, han reaccionado con inquietud ante los ambiciosos objetivos de dichas estrategias (drástica reducción de fertilizantes y plaguicidas, aumento de la producción ecológica, limitación de actividades tradicionales…) Entienden que, caso de llevarse a la práctica, son una seria amenaza a la competitividad de la agricultura y la sostenibilidad social y económica de los territorios rurales, por lo que exigen informes de posibles impactos, calendarios realistas de ejecución y opciones alternativas en materia de insumos.

Quizá para lanzar un mensaje de tranquilidad, la Comisión Europea aprobó el 30 de junio de 2021 la comunicación Una visión a largo plazo para las zonas rurales de la UE (COM (2021) 345 final). Tras una fase de consulta, con amplia participación de la sociedad civil y de diversas entidades públicas de la UE, la citada Comunicación hace un diagnóstico del mundo rural europeo y propone dos iniciativas: un Pacto Rural Europeo y un Plan de Acción Rural.

El objetivo de estas dos iniciativas, que tampoco tienen fuerza jurídica, es acompasar los temas de la transición ecológica al desarrollo de los territorios rurales para que sea justa y equilibrada. La Comisión traslada el mensaje de que el Pacto Verde Europeo no debe ser visto como una amenaza, sino como una oportunidad para, junto con la digitalización, avanzar en la necesaria adaptación del sector agrario y del mundo rural a las nuevas demandas de la sociedad europea.

El Pacto Rural Europeo

Es el instrumento político que propone la Comisión Europea para movilizar a todos los agentes públicos y privados en pro del desarrollo de las zonas rurales. El Pacto Rural Europeo representa, por tanto, una gobernanza reforzada en los territorios rurales de la UE, para promover la sinergia entre las políticas europeas, nacionales, regionales y locales. En este sentido reafirma el valor de los Grupos de Acción Local y de la metodología Leader, y señala el papel a desempeñar por estos grupos, junto a otros instrumentos de cooperación, en la nueva gobernanza rural europea.

La Comunicación reconoce la diversidad de factores que inciden en el desarrollo de las zonas rurales (económicos, sociales, demográficos, culturales…) y reconoce también que muchas de las competencias en materia de desarrollo territorial están ya distribuidas en las diferentes políticas europeas y son compartidas con los EE.MM. y las regiones.

Por eso, la Comisión admite que varias políticas de la UE ya abordan los retos de las zonas rurales, contribuyendo a un desarrollo equilibrado, justo, ecológico e innovador. Por ejemplo, la PAC, con su fondo FEADER, es una de las fuentes principales de financiación de las zonas rurales; también lo es la Política de Cohesión a través del FEDER, el FSE+ y los Fondos de Cohesión.

No hay que crear nuevas políticas, señala la Comisión Europea, pero sí coordinar las que ya existen. Por ello, insta a los EE.MM. a aprovechar las oportunidades que brindan los Planes Estratégicos de la PAC y los programas de la política europea de cohesión, además de los fondos Next Generation, para impulsar un desarrollo rural sostenible e integrado.

El Pacto Rural Europeo persigue, por tanto, comprometer a los EE.MM. y a la sociedad rural en su conjunto, en una mayor cooperación, de modo que puedan aprovecharse mejor los recursos económicos y financieros disponibles. Su instrumento de ejecución es el Plan de Acción Rural, propuesto en la citada Comunicación.

El Plan de Acción Rural

Según los grandes vectores de cambio observados en las zonas rurales (demografía, tecnología, cambio climático, nuevas formas de gobernanza…), el Plan de Acción Rural define cuatro escenarios, cada uno de ellos en torno a un objetivo central: i) unas zonas rurales más fuertes; ii) unas zonas rurales mejor conectadas; iii) unas zonas rurales más resilientes, y iv) unas zonas rurales más prósperas.

Iniciativas emblemáticas

En cada escenario, se propone un conjunto, no cerrado, de iniciativas “emblemáticas”, de las que sólo comentaremos aquí algunas (para más información, ver el Anexo de la comunicación COM (2021) 345 final).

  1. Para lograr unas “zonas rurales más fuertes”, se propone:
    • una plataforma de revitalización rural, para posibilitar la colaboración entre los emprendedores rurales y las autoridades locales, prestando una especial atención a las zonas afectadas por la pérdida de población, el envejecimiento y la falta de oportunidades económicas;
    • unos ecosistemas de innovación rural, que reúnan a los agentes públicos y privados para movilizar el talento y la creatividad, apoyándose para ello en las acciones del programa Horizonte Europa.
  2. Para lograr unas “zonas rurales mejor conectadas”, se propone:
    • el desarrollo de mejores prácticas de movilidad multimodal de transporte;
    • la transformación digital para atraer proyectos autóctonos o foráneos apostando por la extensión de la banda ancha de las comunicaciones.
  3. Para lograr unas “zonas rurales más resilientes”, se propone:
    • apoyar a los municipios rurales en la transición energética;
    • impulsar acciones para la captura de dióxido de carbono en suelos agrícolas;
    • desarrollar programas de investigación Horizonte Europa en el ámbito de la salud del suelo y la producción de alimentos;
    • apoyar a las mujeres en el ámbito del emprendimiento y en la toma de decisiones;
    • promover servicios que faciliten la conciliación de la vida familiar y profesional (educación infantil, atención a la infancia, asistencia a las personas mayores…);
    • apoyar el análisis de los factores que impulsan el declive demográfico y adoptar medidas de inclusión e integración social.
  4. Para lograr unas “zonas rurales prósperas”, se propone:
    • promover la diversificación económica reforzando las cadenas de valor, no sólo en el sector manufacturero, sino también en el cultural y recreativo, y abogando por sinergias entre el turismo y la comercialización y transformación agrícola;
    • apoyar el emprendimiento y la economía social en las zonas rurales financiando acciones de innovación en las pequeñas y medianas empresas, y proyectos de cooperación entre ellas;
    • potenciar los distintos modelos de producción agroalimentaria, y en particular los circuitos cortos que conectan productores y consumidores;
    • fomentar las oportunidades de empleo y aprendizaje de los jóvenes en todo lo relacionado con la economía circular y la bioeconomía.

Ejecución del Plan

La Comisión Europea se compromete a supervisar la ejecución del Plan de Acción Rural y a actualizarlo de forma periódica para garantizar su pertinencia e incluir nuevas acciones. Para ello, colaborará con los EE.MM. creando una plataforma de intercambio de experiencias sobre los temas rurales.

Se prevé, además, crear un “mecanismo de verificación rural” para evaluar de forma anticipada el posible impacto en las zonas rurales de las distintas iniciativas legislativas de la UE. Serían evaluaciones de impacto “territorial” al igual que ya se hace con la dimensión de “género” o con la de “medio ambiente”.

Se prevé también crear dentro de la Comisión un “Observatorio de las Zonas Rurales” con objeto de mejorar la cantidad y calidad de los datos en materia económica, social y demográfica, sirviendo así de apoyo a la ejecución del Plan de Acción Rural.

Con la finalidad de mejorar las sinergias entre los fondos FEADER, FEDER, FSE y FC, la Comisión Europea se compromete a facilitar el acceso de las zonas rurales a la financiación, impulsando una óptima combinación de dichos fondos.

Calendario

La Comisión seguirá colaborando con el Comité de las Regiones y el Parlamento Europeo para hacer un seguimiento de las iniciativas contempladas en el Plan de Acción Rural. Se prevé celebrar en Bruselas en junio de 2022 una conferencia de alto nivel para compartir resultados de las acciones emprendidas en cada país y territorio, con participación de los agentes públicos y privados implicados en el Pacto Rural.

Antes de mediados de 2023, la Comisión hará un primer balance de las medidas ejecutadas en los distintos programas de desarrollo rural del periodo 2021-2027, y financiadas por los fondos de la PAC y de la política de cohesión. En ese balance se comprobará en qué medida están contribuyendo a promover una transición ecológica y digital justa e inclusiva en las zonas rurales.

Antes del primer trimestre de 2024 se incluirá en un informe público una serie de reflexiones sobre posibles orientaciones para la mejora de las medidas de apoyo y financiación de las zonas rurales, así como sobre las formas de avanzar en ese objetivo. Todo ello culminará con una actualización del Plan de Acción Rural, a fin de poder de darle continuidad en el periodo de programación 2028-2034.

Fernando E. Garrido es Doctor Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Córdoba en la especialidad de Economía, Sociología y Política Agrarias y Científico Titular del IESA-CSIC. 

Eduardo Moyano es Ingeniero agrónomo y sociólogo. Es profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

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