La presidenta de la Comisión Europea junto a la delegación de Eslovenia al comienzo de la Presidencia eslovena, en julio de 2021.

Se espera mucho de la Presidencia eslovena

El ganadero catalán Ramón Armengol, presidente de las cooperativas europeas, analiza las claves de la Presidencia eslovena de la UE.
0
1194


Ahora que las vacaciones estivales tocan a su fin y que se ha terminado la cosecha en prácticamente toda Europa, es un buen momento para reflexionar y prepararse de cara al resto del año. A juzgar por el programa [versión en inglés] de la Presidencia eslovena que se presentó a principios de julio, podemos esperar, como mínimo, un ritmo de trabajo tan intenso como el que hemos presenciado hasta ahora. Con vistas al próximo encuentro informal del Consejo que tendrá lugar en la sublime campiña eslovena, me gustaría compartir algunas reflexiones más serias.

A mi entender, hay dos maneras de leer el programa de trabajo de la presidencia eslovena desde la perspectiva agroganadera. Una es fijarse únicamente en las (dos páginas de) medidas (puramente agrícolas y muy densas). Otra es mirar todas las medidas relacionadas con el Pacto Verde y el conjunto de iniciativas que repercuten en el sector agroganadero. Con este segundo enfoque más amplio, la lista de políticas que tienen un impacto directo e indirecto en nuestra profesión parece casi interminable. Quienes consideraron que el acuerdo político al que se llegó tras las negociaciones en trílogo sobre la PAC durante la presidencia portuguesa marcó un hito importante deberían verlo como tan sólo uno de los hitos de un largo trayecto.

Más allá del paquete agrícola en sí, los primeros elementos en los que la agricultura será una pieza fundamental serán las prioridades medioambientales y comerciales establecidas por la Presidencia eslovena. La nueva Presidencia ha fijado claramente como prioridad el avanzar en materia de cambio climático, biodiversidad y economía circular. Gran parte del trabajo ya se inició con la publicación del ingente paquete «Objetivo 55» en julio y con el debate sobre el plan de recuperación que debería publicarse a finales de este año en el marco de la Estrategia de Biodiversidad de la UE. Europa transmite así un mensaje contundente, que demuestra su férrea voluntad. En la misma semana, las calamitosas inundaciones, que afectaron a muchas explotaciones agrícolas, han puesto de manifiesto la necesidad de avanzar. Las comunidades rurales están dispuestas a poner su grano de arena en este cambio y estoy incluso convencido de que serán el motor del mismo.

A nuestro juicio, todas las cuestiones en materia de clima o de biodiversidad pueden debatirse en el seno de la Unión Europea, pero con un requisito sine qua non: que se aplique el mismo nivel de ambición a nuestra política comercial. Es un secreto a voces que el Pacto Verde no hará sino agrandar las diferencias entre las normas de producción de nuestro mercado interior y las importaciones. Hoy por hoy, estas diferencias ya son problemáticas en muchos tipos de producción, ya que merman seriamente la liquidez de muchas explotaciones y comprometen las inversiones de transición. Los acuerdos comerciales como el de la UE y el Mercosur acentuarán estas diferencias y socavarán aún más nuestra capacidad de inversión. Además, la Presidencia tiene pendientes algunas decisiones clave, como la ratificación del paquete comercial.

Precisamente, nos preocupa sobremanera la decisión de modificar el procedimiento de ratificación de los acuerdos mixtos. La forma en la que evolucione el acuerdo de la UE con el Mercosur será un buen indicador de la congruencia (o incongruencia) de la Unión Europea respecto a sus objetivos más emblemáticos.

En el plano del comercio internacional, se avecinan inminentemente algunas fechas límite decisivas durante la Presidencia eslovena, por lo que nos parece fundamental que el carácter voluntarista del Pacto Verde quede plasmado en nuestro enfoque comercial. Por nuestra parte, examinaremos atentamente las conclusiones de la decimosegunda Conferencia Ministerial de la OMC y de la Cumbre de la ONU sobre los Sistemas Alimentarios, ya que nos darán una idea de las principales tendencias comerciales en los años venideros y mostrarán el potencial de liderazgo de Europa.

En lo relativo a los acuerdos bilaterales, aparte del acuerdo entre la UE y el Mercosur, esperamos que la Presidencia eslovena se guíe por la coherencia a la hora de tratar todos los demás acuerdos comerciales que figuran en su documento de trabajo, en particular, aquéllos con México, Australia, Nueva Zelanda y Chile.

Otro tema que dará mucho que hablar durante el mandato de la Presidencia eslovena es el mecanismo de ajuste en frontera de las emisiones de carbono. Con la instauración de este mecanismo, la Unión Europea pretende dar una primera respuesta a la cuestión de la coherencia entre su mercado único y el entorno comercial internacional. Sin embargo, la propuesta actual nos genera ciertas dudas en lo relativo a la agricultura. Si bien vemos cierto margen para incluir a la agricultura como un conjunto, no nos parece lógico crear un sistema del que forme parte el sector de los fertilizantes pero del que queden excluidos los demás ámbitos agrícolas. El sector de los fertilizantes ya goza de una protección excesiva a nivel europeo. La puesta en marcha de tal mecanismo limitaría aún más las fuentes de suministro de los agricultores, ganaderos y las cooperativas, cuyo balance financiero se volvería insostenible, y por ende, se debilitaría nuestra capacidad de invertir en favor de la sostenibilidad.

Por último, junto a la Presidencia eslovena, seguiremos atentamente el avance turbulento de las relaciones entre la UE y el Reino Unido, en una coyuntura de suministro alimentario no exenta de dificultades para el Reino Unido. En cualquier caso, respaldamos la voluntad de la UE de salvaguardar la integridad del mercado único.

En cuanto a la hoja de ruta puramente agrícola de la Presidencia eslovena, he de decir que me parece tan ambiciosa como intensa. Según declaró el ministro de Agricultura, Silvicultura y Alimentación Jože Podgoršek, finalizar la reforma de la PAC y ayudar a la recuperación tras la pandemia serán los principales motores de actuación.

En el frente de la PAC, la Presidencia eslovena ya se apuntó un tanto, al lograr un acuerdo formal sobre los textos jurídicos definitivos y comunicar al Parlamento Europeo las conclusiones de la fase de primera lectura. Yo tengo puestas mis esperanzas en que la votación oficial en el Pleno del Parlamento pueda tener lugar a finales de octubre. Para los agricultores, los ganaderos y las cooperativas agrarias europeas, es esencial que se llegue a una pronta conclusión, ya que brindará a los agricultores y ganaderos una mayor capacidad de preparación y planificación.

Reforzar la resiliencia de la agricultura y del sistema alimentario europeo es otra de las principales prioridades de la delegación eslovena, especialmente a la vista de las lecciones que hemos aprendido durante la pandemia de la COVID-19. También tengo grandes expectativas puestas en la creación de un mecanismo europeo de reacción ante crisis alimentarias. En cuanto al desarrollo sostenible, la Presidencia también ha señalado la importancia de reforzar el diálogo entre las zonas rurales y las urbanas, así como la necesidad de seguir invirtiendo en una mayor digitalización, modernización y apoyo a la agricultura familiar y a las mujeres de nuestro sector. Los agricultores y las cooperativas agrarias europeas también creen que estos elementos son determinantes para lograr unas zonas rurales prósperas y un sector que avance hacia una mayor sostenibilidad, tanto en términos medioambientales como socioeconómicos. La Presidencia también reconoce que es necesario fortalecer la posición de los agricultores dentro de la cadena de suministro alimentario, de lo que dará cuenta el esperado informe sobre la transposición y la aplicación de la Directiva relativa a las prácticas comerciales desleales, que se publicará a finales de año. Los agricultores y ganaderos europeos esperan impacientes este informe, puesto que hace décadas que el sector agrícola necesitaba este tipo de legislación.

Otro acontecimiento importante que ocurrirá durante la segunda mitad del año será la publicación de la Comunicación de la Comisión Europea sobre el plan de contingencia para garantizar el suministro de alimentos y la seguridad alimentaria. Esta hoja de ruta es algo que muchas partes interesadas del sector esperan también con impaciencia y que, sin duda, estimulará el debate sobre la necesidad de un plan de acción robusto en caso de futuras crisis, para garantizar un abastecimiento constante de alimentos nutritivos y de alta calidad en Europa.

La salud vegetal y animal son dos expedientes que todas las Presidencias hacen progresar de un modo u otro, debido a su relevancia para nuestra seguridad alimentaria y sus vínculos con la biodiversidad y el medio ambiente. En cuanto a la salud vegetal, la Presidencia eslovena tendrá la importante tarea de coordinar las posturas de los Estados miembros y de la Comisión por lo relativo al cumplimiento de los requisitos fitosanitarios aplicables a las plantas y los productos vegetales durante las negociaciones de acuerdos comerciales con terceros países. Por otro lado, en lo relativo a la salud y el bienestar de los animales, parece ser que la Presidencia se propone seguir trabajando con ahínco en la bioseguridad y el bienestar de los animales, basándose en el esperado informe de control de adecuación y en la evaluación de impacto relativa a la legislación en materia de bienestar animal. Nosotros apostamos por unos mecanismos de bienestar animal orientados al mercado y por seguir el principio de «tan poco como sea posible, tanto como sea necesario» al tratar a nuestros animales; todo dentro de un contexto de «salud única», en el que es vital la combinación entre la salud humana y animal de cara a alcanzar los objetivos del Pacto Verde.

La Presidencia eslovena tendrá otro expediente importante en el que centrarse, que será objeto de debate desde principios de septiembre: la estrategia forestal de la UE. La propuesta que publicó la Comisión en julio ha demostrado, por desventura, estar muy lejos de la realidad sobre el terreno. Ahora corresponde a la Presidencia del Consejo y al Parlamento Europeo seguir guiando los debates sobre el papel de la silvicultura y los propietarios forestales y, en concreto, la contribución de ambos de cara a una mejor gestión forestal sostenible en la UE y promover el papel polivalente de los bosques. No se puede hacer la vista gorda ante lo que la UE ha logrado hasta ahora ni tampoco hay que reinventar la rueda sobre cómo gestionar nuestros bosques. Estoy convencido de que una mayor conservación de la biodiversidad forestal puede ir de la mano de un mayor desarrollo de los sectores forestal y bioeconómico europeos.

Por último, es habitual en materia agrícola que la presidencia de turno del Consejo destaque un tema específico de importancia para el país. Dado que Eslovenia cuenta con una larga tradición apícola y tres IG de miel registradas (Slovenski med (IGP), Kočevski gozdni med (IGP) y Kraški med (DOP)), no es de extrañar que los eslovenos hayan mostrado su predilección por este tema. Comprendo y apoyo plenamente esta elección. Como indicaba recientemente el informe de la operación OPSON 2020 de EUROPOL e Interpol sobre el fraude alimentario, la adulteración y la falsificación de la miel son tanto un tema harto preocupante como una práctica muy extendida que perjudica a la producción de miel europea y pone en peligro la protección del consumidor y la seguridad alimentaria. Es preciso que se tomen varias medidas al respecto y el primer paso importante sería reforzar el régimen de etiquetado. Como bien sabemos, el interés de los consumidores por el etiquetado es cada vez mayor. Sin embargo, la legislación actual no ayuda a los consumidores de la Unión. El Grupo de Trabajo «Miel» del Copa-Cogeca lleva tiempo reclamando una actuación más contundente para mejorar la Directiva sobre la miel y que se indiquen de forma clara los países de origen de la miel. Personalmente, me agrada mucho que la Presidencia eslovena impulse este expediente político, que es importante para los consumidores europeos, de vital importancia para la supervivencia de la apicultura europea, y supone además un primer paso contra el fraude generalizado de la miel.

Se espera mucho de la Presidencia eslovena en lo que a la agricultura se refiere. El debate sobre la estrategia forestal de la UE ha dejado patente una vez más que hay que escuchar y preguntar a los agricultores, a los propietarios forestales y a las cooperativas agrícolas. Ellos serán quienes tendrán que aplicar los diferentes imperativos políticos en la práctica. A fin de cuentas, la lista de temas que acabo de esbozar solo confirma una cosa: que el éxito de gran parte de las iniciativas del Pacto Verde solo se logrará en colaboración con las comunidades agrícolas y forestales.

Ramón Armengol es presidente de la Cogeca, que aglutina a las cooperativas agroalimentarias europeas.

Los comentarios están cerrados.