El equipo de la Consellería de Agricultura de Baleares junto al sector, en el anuncio del mantenimiento de las exportaciones de patata al Reino Unido.

Historias de insularidad, brexit y colaboración

El largo y tortuoso camino para garantizar que la patata de Mallorca llega al Reino Unido.
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El brexit supone sin duda, una nueva prueba de resistencia para nuestro sector agroalimentario. Después de un 2020 tremendo, y con la incertidumbre de lo que sucederá en 2021 por el cierre del canal HORECA, en este mismo año, tener que adaptarnos al brexit, es algo por demás. La sociedad no es consciente de la enorme capacidad que demuestra nuestro sector primario y agroalimentario.

El brexit también está poniendo a prueba a las administraciones agrarias competentes que, con unos recursos muy menguados en las últimas décadas, tiene que ser capaz de dar una respuesta de altura.

Igual que en todas las Comunidades Autónomas, también en las Islas Baleares hay producciones para las que el mercado británico es fundamental. En nuestro caso se trata de la patata. Este artículo trata de explicar lo que supone el Brexit para cada uno de los subsectores a través de un ejemplo muy concreto, pero también he querido reflejar como el trabajo conjunto y la coordinación de todos los actores; desde productores, almacenes, portales de exportación, administración agraria y Ministerio han garantizado que la campaña vaya a comenzar con garantías. A partir de esta experiencia (y otras) estamos tratando de devolver al mundo agrario balear, al resto del gobierno autonómico, y al conjunto de la sociedad, que aquí hay un sector unido que está dispuesto a salir adelante, y a trabajar sin importar nada más que el beneficio común.

Poca gente sabrá de la tradición productora de patata en la Isla de Mallorca. En torno al 10 de marzo comienza la campaña de recolección de este tubérculo en la isla mediterránea y se extenderá hasta bien entrado el mes de julio. Estamos hablando de 1.610 hectáreas concentradas en apenas 2 municipios; Sa Pobla y Muro. Una producción de unas 51.000 toneladas que generan un valor de la producción de 19,2 millones de euros al año. De esta producción viven más de 100 agricultores profesionales, en torno a otros 150 trabajadores asalariados permanentes y genera al año unos 18.000 jornales de trabajo en campaña de siembra y de recogida. El 80% de la producción de patata mallorquina se exporta. Esto es así porque los agricultores se han especializado en variedades tempranas, que, aprovechando el clima y la fertilidad de la tierra, logran poner en las mesas de ingleses, suecos, daneses, noruegos o polacos, desde el mes de marzo, siendo las primeras patatas de toda Europa.

La patata de Mallorca viaja al Reino Unido

El cultivo de la patata fue introducido en Mallorca a finales del siglo XVI. Hasta principios del Siglo XX, la producción se destinaba al consumo local. La producción dio un salto de escala notable con la introducción en los huertos de Sa Pobla, de la variedad “Royal Kidney”, procedente de los cultivos del Maresme catalán y que era muy apreciada por los ingleses. En 1924 se exportaron las primeras 25 toneladas a Liverpool. En 1925, se sembraron 200 toneladas, en una superficie de 70 hectáreas que proporcionaron unas 1.000 toneladas. En 1929, se importaron 1.000 toneladas de semilla “Royal Kidney”. En el decenio de 1960, el 85% del total de la patata de Sa Pobla, con una producción de unas 15.000 toneladas, se exportaba a Inglaterra. Actualmente, aproximadamente el 35% de la exportación de patata se destina al Reino Unido lo que supone un volumen de negocio de unos 5 millones de euros al año.

La relación de los “Portales de Exportación” de Mallorca con la “Fresh Potato Suppliers Association” que representa a los importadores británicos, es de una enorme confianza. La seriedad y profesionalidad de nuestro sector se ha ganado a pulso durante un siglo. Apoyarnos en esta relación de confianza ha sido crucial para haber superado todas las dificultades que el brexit iba poniendo para un sector tan pequeño en el conglomerado tremendo que suponía el brexit para el sector agroalimentario español y europeo. Las empresas exportadoras de Mallorca nos han estado facilitado y guiado en todo momento en las relaciones con la parte británica y esta orientación ha sido esencial.

La patata fue calificada por el Departamento de Agricultura del Reino Unido como producto de “Alta Prioridad” o “Alto Riesgo”. La razón está en la tierra que permanece pegada a la patata cuando se comercializa, y los nemátodos o bacterias que pueden ir en la tierra. La consideración de producto de alto riesgo, tanto la patata para consumo, como la patata de siembra implica que la normativa empieza a aplicarse desde el 1 de enero de 2021.

Un sistema con las máximas garantías

A partir de este momento, la Consellería de Agricultura, la Delegación de Gobierno y el Ministerio de Agricultura, y, en cuarto lugar, las empresas exportadoras, nos hemos relacionado poniendo todos nuestros medios para superar dificultades y conseguir dar seguridad a toda la relación comercial. El Departamento de Agricultura del Reino Unido publicó una instrucción con los requisitos fitosanitarios que debíamos garantizar que hacía imposible su cumplimiento. Exigía certificar la inexistencia de una serie de nemátodos como la Globodera, o coleópteros como el Epitrix (pulguilla de la patata) o bacterias como la Rhalstonia. Realmente, dudo que haya un lugar en todas las zonas productoras de España que estén libres de alguno de ellos.

El sistema funciona de la siguiente manera: Los productores y empresas exportadoras deben cumplir con la normativa fitosanitaria. Desde la Consellería de Agricultura tenemos que emitir un informe para cada parcela de donde sale la patata que va al Reino Unido de que estas parcelas cumplen con toda la normativa. Con toda la documentación anterior, la Delegación de Gobierno debe emitir el Certificado Fitosanitario y con este certificado, luego, hay que superar el factor de insularidad, es decir, salir en barco hasta la península, y de allí en un transporte internacional hasta el Reino Unido.

Apoyados en esta relación de confianza histórica, hemos fraguado una relación directa con la Asociación de Importadores del Reino Unido, de ellos con las cadenas de comercialización, y una relación también directa con el Ministerio Británico, y siempre con el total conocimiento de nuestro Ministerio de Agricultura de España. Esta relación, acompañada en mucho trabajo técnico de la Consellería ha permitido adaptar poco a poco todas las exigencias.

Las patatas se seguirán exportando

¿Qué se ha conseguido? En primer lugar y lo más importante, que el Reino Unido acepte que las patatas de Mallorca se exporten sin lavar. Es decir, sucias, con tierra. Así es como las quieren los consumidores británicos y así se venden en los mercados. En segundo lugar, hemos conseguido que se mantenga la declaración de Islas Baleares como libre del Epitrix. En tercer lugar, pues que en vez de certificar que la tierra está libre de Globodera y de Rhalstonia, certificaremos que los productores aplican el protocolo de control que el Reino Unido da por bueno y que se llama EPO PN9/26. Básicamente se trata de un sistema de control de estos patógenos.

Por nuestra parte. Nos comprometemos a aumentar la cantidad de análisis que hacemos sobre las parcelas hasta llegar al porcentaje que los británicos consideran como adecuado. Aumentar estos análisis nos exigirá fortalecer la temporada con más inspectores en campo, y más analíticas. Hemos definido un protocolo de funcionamiento y un modelo de informe que hemos consensuado con las autoridades inglesas y hemos habilitado un sistema para anticipar todas las solicitudes de declaración que nos van a llegar desde el sector y poderlas tramitar en 48 horas y que tengan una validez de 45 y 60 días hasta que salga el cargamento. La Delegación de Gobierno se ha comprometido por su parte a que todos los certificados que se tramiten estarán en el plazo de 36 horas.

Las dificultades de la insularidad

¿Qué nos falta? Pues de nuevo topamos con la insularidad. Para empezar, los transportes homologados a nivel internacional no son los mismos que pueden operar en el ámbito europeo, y resulta imposible saber cuántos de estos transportes llegan a Islas Baleares. Los transportes que llegan no cubren ni el 50% de las necesidades. Esto hace que la patata salga en un transporte ordinario, y cuando llega a Barcelona, cambia de transporte a otro internacional. La trazabilidad obliga a que la patata esté controlada desde la parcela hasta el destino y las circunstancias de la insularidad hacen que tengamos dos matrículas de transporte distintas; una de la que sale del puerto de Mallorca, y otra la que llega hasta Gran Bretaña. En esto estamos ahora: Cómo garantizar que no se rompe con la trazabilidad, cuando los certificados solo prevén una matrícula. No resolver este tema, significaría que todos los certificados tendrían que expedirse desde la Junquera.

Pero nos falta todavía un escollo que todavía no es seguro. A partir del 1 de julio, y en función de cómo se hayan resultado estos meses, la normativa del Reino Unido prevé que puedan ser obligatorios los controles físicos en origen. Hasta esta fecha, los controles se harán en la entrada del Reino Unido y serán aleatorios. Dependiendo de los resultados, podrán decidir que se hagan los controles físicos de las mercancías en el origen.

¿Cuál es el problema? Pues que, en Islas Baleares, no tenemos ningún centro o almacén de manipulado que esté homologado para cumplir este trámite. Tampoco cuenta la Delegación de Gobierno con personal para ello. En este momento estamos preparándonos para este escenario, estudiando diversas opciones, siempre, contando con el apoyo y el trabajo del sector productor y exportador, que, a estas alturas, creo que sabe de sobra que estamos para lo que haga falta.

Post data. No me quiero ni imaginar lo que debe estar siendo el brexit para Murcia, Andalucía o para Castilla-La Mancha.

Fernando Fernández Such es director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Govern de les Illes Balears.

Foto destacada: El equipo de la Consellería de Agricultura de Baleares junto al sector, en el anuncio del mantenimiento de las exportaciones de patata al Reino Unido, la semana pasada.

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