El olivar tradicional recibirá una ayuda asociada en la nueva PAC
Foto: Un olivo centenario, en Tarragona. Autor: Joaquín Terán.
Planas ha asegurado que esta fórmula es la “mejor solución” para atender las necesidades particulares de este tipo de cultivo, porque encaja con los nuevos reglamentos europeos y permite su concesión de manera directa al agricultor, reduciendo las cargas administrativas.
Planas ha insistido en que el olivar tradicional necesita de apoyos específicos para su supervivencia, ya que por sus particulares condiciones tiene unos costes de producción muy superiores al resto del sector. El ministro ha insistido en que la nueva PAC va a suponer una “oportunidad excelente” para el sector olivarero, con un reparto de las ayudas mejor distribuido. Ha hecho mención a los ecoesqeuemas en los que el olivar tradicional en pendiente recibirá una ayuda adicional superior.
El ministro ha explicado que la propuesta de un programa sectorial para el olivar tradicional, que se recogía inicialmente en el documento del plan estratégico enviado el pasado diciembre a Bruselas, de acuerdo con la normativa comunitaria, supondría una complejidad excesiva para los productores. Por ello se han buscado fórmulas alternativas, y la ayuda asociada vinculada al olivar tradicional es la más idónea. “Estoy muy contento de que podamos encontrar este punto de encuentro con la Comisión, en línea con lo solicitado por las organizaciones agrarias y algunas comunidades autónomas”, ha afirmado.
Alegría de los agricultores
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, que ha liderado desde 2014 la lucha para que el olivar tradicional reciba una ayuda especial, ha valorado “con enorme satisfacción” la medida, una reivindicación histórica de esta organización.
Desde UPA valoraron positivamente que el Plan Estratégico incluyera una intervención sectorial específica para el olivar tradicional, pero vieron con preocupación cómo la forma de aplicarla iba a tener muchas dificultades bajo organizaciones de productores al entender que era una ayuda que no estaba bien encauzada porque no iba a llegar de forma directa al olivarero de explotaciones tradicionales, que es precisamente quien tiene esa dificultad y vulnerabilidad.
El olivarero de olivar tradicional notará esta ayuda directa a partir del 1 de enero de 2023. “Ahora tenemos que conseguir que ese dinero llegue a las explotaciones que lo necesitan, lo merecen, que sea una ayuda marcada por la degresividad, una ayuda modulada, una ayuda que ponga en el centro las explotaciones familiares”, ha señalado Cristóbal Cano, responsable de Aceite de Oliva de UPA. A partir de 2023, las explotaciones de olivar tradicional cobrarán por cuatro conceptos: la ayuda básica a la renta, el pago redistributivo, los ecoesquemas y la ayuda asociada.
La importancia del olivar tradicional
El ministro Planas ha señalado que como primer productor y exportador mundial de aceite de oliva, en España tenemos la enorme responsabilidad de defender, cuidar y promover la calidad de las producciones. Ha enfatizado que el aceite de oliva es la grasa vegetal con mayor excelencia, tanto por su calidad como por sus valores nutricionales, y que debido a sus efectos beneficiosos se prevé que la demanda mundial siga en constante crecimiento. Ante ello, ha dicho, el sector debe apostar por la diferenciación y la excelencia del producto.
Entre los valores de futuro del olivar, Luis Planas ha destacado su importancia en la protección y conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático. El olivo es un cultivo que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, aumenta la captura de carbono y ayuda a reducir la erosión y a frenar la desertificación, ha explicado.
Además, ha asegurado que el olivar ofrece un enorme potencial en el desarrollo de una economía circular y que gracias a la innovación y a la aplicación de tecnología se ha conseguido producir energía a partir de la biomasa de los restos de poda y orujillos, procesos que recibirán un impulso económico con una línea específica dentro del PRTR y que ya cuentan también con un apoyo normativo a iniciativa del Gobierno para el reconocimiento del orujo de aceite de oliva como subproducto para la elaboración de aceite de orujo de oliva y el hueso de aceituna como biomasa para la producción de energía.
Un sector clave
El sector del olivar desempeña un papel esencial en la actividad agroalimentaria, con 2,77 millones de hectáreas de superficie representa el 15 % del total de las tierras de cultivo. España concentra el 70 % de la producción de aceite de oliva de la Unión Europea y el 46 % del total mundial. La producción de la campaña 2021-22 alcanza ya 1.490.000 toneladas, por encima de las estimaciones iniciales que la situaban en torno a 1,3 millones de toneladas y con un volumen de comercialización superior a la media de las últimas cuatro campañas.
El cultivo del olivar representa además un factor esencial de dinamización económica en el medio rural en importantes zonas y favorece el asentamiento de la población, especialmente en Andalucía, que concentra el 80 % de la producción nacional de aceite de oliva. Unos 350.000 agricultores españoles se dedican al cultivo del olivar, que genera 32 millones de jornales anuales.
España es también el primer exportador de aceite de oliva, con un volumen de ventas que en el año 2021 superó los 3.200 millones de euros, con una balanza favorable de 2.700 millones de euros.