Pedanías, las grandes perjudicadas
Hace unos días, el presidente de la Asociación de Amigos de Aragoncillo, enviaba a los socios un correo con unas fotos de las nuevas canastas de baloncesto que se habían instalado en el pueblo. El año pasado se arregló la pista del campo de “futbito” y de baloncesto, y esta temporada le ha tocado a los aros. Malos tiempos para emular a Gasol. Pero aunque se utilice como mucho dos meses al año, al menos el pueblo no da aspecto de abandono. Y que conste que esta pequeña localidad tiene unas casas formidables y muy bien cuidadas.
Poco a poco y menos da un pedrisco, dicen algunos. Lo cierto es que Aragoncillo, como muchas otras pedanías de la zona, está a expensas de lo que decida el alcalde de turno y cuando se arregla un trozo de calle o una pista, da la sensación de que hay que darle las gracias al ayuntamiento al que pertenece, en este caso Corduente.
Muchas de las pedanías enclavadas en la zona del Señorío de Molina-Alto Tajo, una vasta zona de Guadalajara con un densidad de población de 2,3 habitantes por Km2, menor incluso que la de Siberia, tenían a principios de 1960 entre 300 y 400 habitantes y eran ayuntamientos propios con su alcalde, obviamente nombrado a dedo por el Gobernador Civil de la provincia. Y no sé si por falta de fondos propios para subsistir o como una moda que caló en varias localidades, el caso es que fueron absorbidos por otro pueblo, convirtiéndose en una especie de barrios de la localidad que lo gestiona.
Durante un tiempo, las pedanías tenían su alcalde pedáneo que, al menos, además de trabajar de forma altruista por su pueblo servía de enlace con el ayuntamiento principal. Algunas todavía lo tienen, pero otras ni eso por falta de gente.
El agua nunca llegó
Desconozco cómo funcionan las pedanías por otras zonas de España. Por lo poco que sé cómo marchan por estas sierras, solo unos ejemplos. En Aragoncillo se realizó una obra importante para traer agua al pueblo, con cable soterrado, tuberías nuevas, construcción de un depósito para colocar una máquina que depurara el hierro del agua… Pues bien, después de la inmensa obra, la máquina instalada no era capaz de limpiar el agua y la obra se quedó muerta.
Por supuesto, el contratista cobró su dinero y el agua de esta zona nunca llegó. Menos mal que todavía era alcalde pedáneo Fabián, una persona muy valorada en las instituciones de Guadalajara, y hablando con Barreda, entonces presidente de Castilla-La Mancha, consiguió en tiempo récord que se mejorara al antigua red, que es la que sigue funcionando con averías de vez en cuando.
Otro más. Con el “famoso” Plan E del presidente Zapatero se leía un cartel en Aragoncillo que decía: 30.000 euros para las pedanías o algo así. Y en Corduente, rezaba otro en el que se iban a destinar 40.000 euros para arreglos de exteriores de la piscina. Curioso y proporcionado reparto.
Me contaba un arquitecto municipal en mi condición de periodista que un alcalde y secretario habían prevaricado presuntamente en las obras de una piscina e instalaciones. El técnico lo que quería es ayuda para que le consiguiera un reportaje en Interviú. Me negué, pues tenía otras fórmulas para probar sus afirmaciones. El arquitecto al final claudicó y firmó el final de obra de las instalaciones. Cosas de pueblo.
Otro ejemplo. Un conocido de Cubillejo de la Sierra me comenta que cuando eran pedanía de Molina de Aragón, el alcalde de esta localidad, que no es el actual, no les daba ninguna explicación de donde se invertían los euros que generaba el pueblo. Pues bien, consiguieron hacerse EATIM (Entidad de Ámbito Local Inferior al Municipio). De manera que ahora ellos gestionan los ingresos y gastos y el pueblo ha mejorado con nuevos arreglos.
Zapatero consiguió el EATIM
Tobillos, un pueblecito más pequeño que los anteriores era pedanía de Anquela del Ducado y el alcalde de esta última localidad se negaba a concederle el estatus de EATIM, pues habían instalado molinos de viento para generar energía limpia e ingresaba sabrosos dineros. Tanto es así que la alcaldesa pedánea de Tobillos tuvo que recurrir al presidente Zapatero en persona en una reunión que tuvo lugar en Moncloa por lo del famoso incendio de Guadalajara a causa de la víctimas mortales y consiguió su propósito.
Antes de la llegada del terrible virus, la España vaciada era tema de estudio urgente con algunas iniciativas del Gobierno como la de colocar una persona experta que ayudará de forma directa a los ciudadanos por cada una de las zonas de mayor despoblación y escasos recursos. Y la vicepresidenta Teresa Ribera, encargada de este negociado, según había comentado, se lo iba a tomar muy en serio
En este sentido, y como ya decíamos en estas páginas hace tiempo, lo primero que se debería hacer es un estudio riguroso y práctico de las posibilidades que tienen de trabajo en cada pueblo personas que vengan de fuera, así como vivienda y escuelas para sus hijos. Tampoco es tan difícil si cada alcalde prepara un estudio y sus peticiones. Y si a los alcaldes, que hay de todo, les da igual o temen que los emigrantes los contagien, como ya ha declarado alguno, pues que sea el Gobierno autonómico o estatal el que se remangue.
Aquí, de nuevo, vuelven a aparecer las pedanías. Pues si el Gobierno negocia con la Comunidad Autónoma y esta con el municipio principal, una vez más las pedanías quedarán abandonadas a su suerte, y serán las mayor perjudicadas. Pues el ayuntamiento principal hará lo que le venga en gana con la distribución del dinero y ayudas recibidas.
Dónde está el médico
Podría seguir con cientos de ejemplos sobre la humillación hacia las pedanías, pero el que viene a continuación clama al cielo. En Aragoncillo viven todo el año, entre otras, cuatro personas de más de 80 años y algunas con la salud muy delicada. En este confinamiento, además, ha habido algún vecino mayor de forma ocasional. Pues bien, ¿pueden creer que en ningún momento han recibido ni tan siquiera la llamada de su médico correspondiente, que normalmente está en el centro de salud de Molina de Aragón a 18 kilómetros, para preguntar cómo se encontraban? Puedo certificar tal desprecio a estas personas porque se lo he preguntado a ellas. Son tan sacrificadas que ni siquiera han protestado.
De manera que, le pediría señor Emiliano García Page que en lugar de echar la culpa al vecino por los contagios del coronavirus, comience primero a barrer su casa, que tiene tajo y no poco. Y ya sé que una tal Cospedal dejó la Sanidad Pública en la región como un solar, pero esto no es excusa para dejar de la mano de Dios a los ancianos de Aragoncillo. Y supongo que lo mínimo que se merecen estas personas es pedirles perdón. Y, sobre todo, atenderlas.
Sirva también este recado para el voluntarioso y aplicado Presidente de la Diputación de Guadalajara, que decía algo así como que no fuera gente de las grandes ciudades a la segunda residencia de los pueblos para que los aldeanos no se contagiaran. Me pregunto cómo sabía si los pueblerinos mayores estaban o no contagiados.