Joaquín Terán Carrasco

Joaquín Terán: “El abandono de los pueblos lleva al abandono del paisaje”

Aunque nació y se crio en el corazón de Madrid, su carrera profesional le llevó a enfocar el objetivo de su Nikon a los pueblos y a los alimentos que en ellos se producen. El principal fotógrafo agroalimentario y rural de España, atesora un archivo de más de 200.000 imágenes en las que pocos pueblos y sectores se le escapan. Joaquín Terán Carrasco “Quino” no piensa aún en la retirada y tiene intención de seguir unos cuantos años más aportando su mirada al medio rural.
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El Diario Rural: ¿Cómo empezaste a trabajar en la fotografía del mundo rural?

Joaquín Terán: Comencé a trabajar para la Empresa Nacional Mercasa, donde me especialicé en temas alimentarios. Estando en Mercasa, me llamaron desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) para ver si en mi archivo tenía imágenes también del eslabón productor.

Estábamos a mediados de la década de 1980. España vivía un importante proceso de modernización, en todos los sectores, y en especial en el agroalimentario. Empecé a trabajar para la revista de UPA, La Tierra del Agricultor y Ganadero, con la que sigo colaborando más de 30 años después.

He viajado por toda España, realizando reportajes para UPA, para Mercasa y para otras empresas del sector agrario de España, Estados Unidos e Israel.

EDR: ¿Cómo ha evolucionado el campo español en estos años?

J. T.: Se ha vivido un cambio importante. Al principio, cuando viajaba por los pueblos, todavía veía mucha gente en los pueblos, sobre todo en momentos de cosecha, pues era necesaria mucha mano de obra. Sin embargo hoy ves maquinaria más moderna, pero también menos gente. Y eso a la hora de hacer fotos se nota y se echa mucho en falta. Es más bonito hacer fotos de gente en el campo que sólo una máquina enorme recolectando.

EDR: Últimamente hay cierto pesimismo entre los profesionales de la agricultura y la ganadería, acosados por multitud de problemas…

J. T.: Yo creo que ese pesimismo siempre ha existido en el mundo rural español, pero hoy ves que su principal problema es la falta de precios justos por sus productos. Trabajan muchísimo para luego no obtener una recompensa lógica y justa. Un kilo de fruta cuesta prácticamente lo mismo que hace 30 años, mientras que sus costes han subido enormemente.

EDR: ¿Qué características especiales tiene la fotografía rural?

J. T.: Para empezar, la luz, el color, los contrastes… son muy diferentes a los que encuentras en una ciudad. Es una fotografía difícil, con muchas similitudes a la fotografía de naturaleza, aunque hablemos de paisajes retocados por la mano del hombre.

Todo tiene su belleza y su interés, pero fotografiar paisajes agrarios, animales de granja… es muy interesante.

EDR: ¿Qué animal te resulta más difícil de fotografiar?

J. T.: Los más difíciles son claramente los cerdos, porque son muy curiosos y no paran quietos. Las vacas son mucho más fáciles. Prácticamente posan ante la cámara.

EDR: ¿Qué tipo de paisaje te interesa más?

J. T.: Los verdes del norte siempre impactan a primera vista. Aunque los amarillos de los campos de trigo, o los verdes de los arrozales en su máximo esplendor… Las dehesas o los olivares también me gustan mucho. Cada paisaje agrario tiene un enorme valor.

EDR: ¿Están suficientemente protegidos esos paisajes agrarios?

J. T.: Yo creo que no. El abandono de los pueblos lleva al abandono del paisaje. La falta de relevo generacional y el despoblamiento son un problema enorme y no se está haciendo lo suficiente.

EDR: ¿Qué equipo utilizabas cuando empezaste?

J. T.: Yo empecé con una réflex Nikon F3 de 35 milímetros y múltiples ópticas. Con la fotografía de carrete medías y controlabas más todo el proceso a la hora de hacer fotos. En cierta medida te tomabas más en serio el momento de hacer la foto.

Sin embargo, cuando me pasé a digital abandoné Nikon y me “fugué” a Canon, marca en la que sigo confiando. El digital me aporta sobre todo rapidez, comodidad e inmediatez. Ahora me he metido también a hacer vídeo, un poco sin quererlo, pero lo hago también.

EDR: ¿Cómo vives la revolución digital de la fotografía de la mano de los teléfonos móviles?

J. T.: En cuanto a calidad, aunque los móviles hacen muy buenas fotos, se busca capturar el momento para después, corriendo, subirlo y compartirlo. Ya no se busca “la buena fotografía” como antes. Para conseguir buenas fotos tienes que empaparte de los lugares que visitas, tomártelo con calma, conocer a las personas protagonistas de tus imágenes… sin eso no es posible hacer un buen reportaje.

EDR: ¿Crees que el mundo rural está invisibilizado?

J. T.: Visto desde Madrid, donde yo vivo, es así. Los grandes medios apenas cuentan historias del mundo rural. La política y la actualidad lo acaparan todo y el desconocimiento del medio rural es grande. En provincias más pequeñas creo que esa brecha es menor.

EDR: También eres jurado del Concurso de Fotografía del Mundo Rural…

J. T.: Así es. Es una iniciativa muy buena. Cientos de personas envían muy buenas fotos de los puntos más diversos y muestran la realidad “desde dentro”, porque la mayoría de los participantes de FotoRural viven en el mundo rural. Este año estamos inmersos en la 13ª edición, hay importantes premios, por lo que animo a todo el mundo a participar.

EDR: ¿Cómo ves el futuro de la fotografía?

J. T.: Lo veo con optimismo. En ciertos momentos parecía que el vídeo se iba a comer a la fotografía, pero hemos visto que no ha sido así. Yo, que soy muy aficionado a los vinilos, lo comparo un poco: ahora vemos que el CD ha perdido mucho y vemos un resurgir del vinilo. En la fotografía pasa algo muy parecido. Una buena foto es insustituible.

Fotografías: Joaquín Terán

Palabras clavefotografíaFotoRural

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